Un estudio de McKinsey Global Institute destaca que, mientras la productividad en América Latina ha disminuido en las últimas décadas, Costa Rica sobresale con un crecimiento del 2% entre 1997 y 2022, y del 2,3% entre 2014 y 2019. Estos avances impulsan el desarrollo del país.
El informe clasifica las economías emergentes en tres categorías:
- Carril rápido: China, India y Europa Central y Oriental.
- Carril medio: África subsahariana y países como Costa Rica, Perú y República Dominicana.
- Carril lento: La mayoría de los países de América Latina, Oriente Medio y África del Norte.
Costa Rica se beneficia de estrategias clave, como la inversión en infraestructura, la urbanización, y el desarrollo de zonas francas, que han transformado su economía hacia sectores como la construcción, servicios y manufactura sofisticada (ejemplo: exportación de dispositivos médicos).
Según Olivia White, de McKinsey & Company, el crecimiento de la productividad genera ingresos, ahorro y consumo, formando un círculo virtuoso que impulsa el desarrollo. Este progreso exige ajustes en sectores clave, inversión estratégica y un entorno empresarial atractivo para consolidar la prosperidad compartida.
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